Este tema no está relacionado con la oftalmología, al hablar de “visión parcial” me refiero a que a veces vemos sólo lo que tenemos delante o lo que queremos ver. También sucede que vemos lo que nos han enseñado o inculcado; o repetimos sin pensar lo que escuchamos por ahí.
Lo he mencionado muchas veces, la única forma de ver las cosas – al menos para mí – es utilizando la visión más amplia posible de las mismas. No centrarnos en algo escaso, mínimo o escueto. Si nos quedamos con lo primero que llega a nuestra percepción estamos dejando de lado un sinnúmero de situaciones que harían más rica la experiencia de ver, oír o sentir. El resultado de esta visión tan pobre no puede ser otra cosa que algo empequeñecido, deslucido. Nos perdemos tal vez lo más importante por no utilizar al completo nuestro campo de visión, que no es sólo lo que vemos con los ojos…es lo que despierta en nosotros lo que sucede. Vemos sólo parcialmente y generalmente con alguna intención, perdemos la objetividad y a veces tratamos de convencer a alguien de que tenemos razón. Si lo logramos estaremos contentos, sí, pero… ¿a qué costo…? Y sobre todo… ¿para qué…?
Esto es utilizar la “visión sesgada” de las cosas, mal de todas las épocas; pero no te asustes, se puede revertir. Se trata de proponérselo y llevarlo a cabo. Con un poco de ejercicio se logra. Ampliar todo lo posible lo que nos llega para tener la mayor cantidad de información posible y no juzgar. Observar con serenidad y templanza, formarnos una idea general de la cosa e ir de mayor a menor analizando los datos; “sentir”, “vibrar” lo que nos llega y no actuar al primer impulso, de esta forma no dañaremos a nadie. Tener en cuenta las circunstancias de cada uno al momento de hacer o decir…y también las nuestras por supuesto.
Si nos quedamos sólo con la partecita desperdiciamos enorme cantidad de información y si actuamos desde allí pobre será el resultado.
Te invito entonces a que te pongas las gafas de ver todo, desde una amplia perspectiva y recién entonces actúes. También te invito a revalorizar tus creencias y todo aquello que alguna vez influyó – o aún lo hace – sobre tus pensamientos sin importar como llegó a vos. Conocéte y sé vos mismo…desarrollá tus ideas y exponélas sin miedo…
En fin, cuanto más amplia sea tu forma de percibir lo que sucede a tu alrededor; cuanto más profundo sea tu campo de observación más cerca estarás de la sabiduría.
Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte una experiencia personalizada y generar estadísticas. Si sigues navegando o cierras este mensaje, nos brindas tu consentimiento.